Diario El Tiempo – Piura. 

Con la modernización del sistema de emisión de licencias de conducir, los casos de falsificación se redujeron a más del 50%, pero los timadores insisten en falsificar licencias y, principalmente, certificados de estudios secundarios, para venderlos a los incautos. Unos 350 casos de falsificación registró la Dirección de Transportes en los últimos trece meses.

En la esquina de los jaladores, entre Málaga y Los Ceibos en la Urb. Santa Isabel, todos sospechan de todos. No pasan ni cinco minutos antes de que alguien te ofrezca un brevete falso a 800 soles. Claro, ese alguien nunca te dice que es falso. Si aceptas, te “citará” para darte una contraseña en quince días. La contraseña es un papelito minúsculo con tu supuesto número de expediente, fecha de aprobación de  tu supuesto examen de manejo; y, la fecha de recojo de la licencia. Para hacer que su “captado” entre en confianza, el tramitador ingresa a Transportes, pregunta en algunas ventanillas y otras vez cita a su “oyente” para volver en una semana o diez días por su licencia obtenida “a la legal, hermano”.

Y si el cliente preguntara a los que recogen sus brevetes originales, le mostrarán un papelito “igual”, al que acaba de recibir, es decir casi igual, porque el papel o contraseña original que da la Dirección de Transportes tiene un holograma especial y otros detalles de seguridad, me dirá después Fernando Biffi Martín, director regional de Transportes. Y que los falsificadores también les dicen a sus víctimas que pueden ir a manejar con sólo mostrar el papelito.  Pero antes que Biffi revele que en los últimos tres meses tienen cuatro casos registrados de licencias falsas, según esta modalidad, en la esquina de los jaladores el negocio no se detiene:

-Sólo dame tus datos… y déjamelo a mí.

Le dice un gordito que habla cantando. Y su oyente, un típico enzapatillado de polo y canguro, probablemente va a sumarse a la lista de más de 350 casos de falsificación de documentos detectados por la Dirección, en igual número de expedientes para obtener licencia, desde setiembre 2009 a lo que va del 2010.

Veinte de los 350 casos han sido resueltos. Pero no porque la Policía o Fiscalía haya identificado y sancionado a los falsificadores, sino porque los usuarios descubiertos, tratando de sorprender a la autoridad al presentar documentos falsos, pagaron una fuerte reparación civil a la Dirección. Todo con tal de librarse de un juicio.

Al descubierto

El trabajo de sus funcionarios, sumado a la modernización y reducción de entrega de licencias de seis meses a diez días, han reducido los casos de falsificación a más del 50%, dice Biffi. Pero los cientos de expedientes  retenidos, la mayoría por incluir certificados de secundaria falsos, siguen implicando gastos de dinero y tiempo laboral que Transportes preferiría dedicar a labores más provechosas. “Mejor nos vamos a ir a trabajar a la Fiscalía”, bromea el director, mientras revisa un cerro de cien expedientes o solicitudes de licencias, que serán anulados por contener documentos adulterados. Uno es el de Juan Yarlequé Cárcamo, quien en este preciso instante ignora que su artimaña al presentar un certificado falso como supuesto egresado del Colegio San José de Piura acaba de ser descubierta. Ignora que Transportes ya consultó al director Juan Peña y que éste ha contestado que su institución nunca tuvo como director a Lic. Roman Rodríguez O., el que aparece firmando el certificado bamba.

-¿Por cuánto me saldría?

Pregunta el cliente captado a su robusto tramitador. Y el obeso timador potencial que está a punto de soltar su “tarifario”, de pronto me mira con sospecha y se lleva al cliente a donde no lo escuche. Y habla con un grupo y me mira. Y debo de apurar el paso. El negocio no cesa en la ex avenida Málaga.

TAMBIÉN TÍTULOS

 “También hay universidades e institutos que nos contestan, que tal o cual señor no estudió aquí. Unos cinco casos de títulos falsos hemos detectado”.

Director de Transportes, Luis Fernando Biffi Martín. 

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