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Aló… te habla Jorge, tu amigo el estafador

Publicado: 2011-06-16

Diario El Tiempo – Piura. 

El teléfono es lo único real. El ruido de fondo es de una oficina de mentira, la amabilidad del que habla es falacia ensayada, habla con autoridad, como si realmente ocupara ese cargo público que se ha inventado. Si no fuera timador, sería actor exitoso. Más allá de la rabia que desata, cuando sus víctimas han sido estafadas, el tipo impresiona por la seguridad con que miente, anuncia ilusiones con la tranquilidad de quien realmente cree en lo que dice. Explica con naturalidad, aunque esté jugando con las ilusiones de los sufridos pensionistas.

Uno teclea en Google, Jorge Salas, el nombre que se ha inventado, y aparecen algunas de las estafas que ha cometido, ni siquiera por eso se detiene. Ni siquiera se dio el trabajo de inventarse otro nombre. Le saluda Jorge Salas de la Oficina Nacional de Pensiones, para informarle que “tiene acumulado un reembolso por los aportes al Seguros Social de 19 mil soles”, le dijo ayer a la madre de Mercedes Franco. No tiene caso publicar el nombre de su mamá, dice ella, mientras respira tranquila, porque ayudó a evitar la estafa. “Cuando mi mamá me contó, yo le dije que no llame”.

Y es que, fiel a su costumbre, Jorge Salas le había dicho a la madre de Mercedes, que para cobrar los 19 mil, debía llamar al señor Víctor Calderón a la Oficina Nacional de Pagos y Compensaciones.

Afortunadamente Franco ya había escuchado y leído sobre estos cuentos. De modo que actuó a tiempo. “La hice pisar tierra”, dice, Mercedes ya más tranquila, porque su mamá ya casi se había emocionado: “¿hija, qué hago?”.  Son delincuentes, no hagas nada. Tenía razón.

La estafa consiste en asegurar la existencia de un pago del Estado por un monto que llame la atención y que es necesario un pago inicial de digamos S/. 500 a depositarse en una cuenta, para asegurar la regularización del trámite. Luego del pago, les dicen que les llegará un aviso que nunca llega.

Perdió

Pero ayer Salas estuvo salado. Imagínelo usted esta mañana mirando su teléfono, leyendo esta noticia, con motivos para sentirse derrotado, porque las víctimas de ayer no mordieron el anzuelo. Víctimas, digo porque, casi lo olvidaba, Salas también llamó a la tía de Mercedes. El mismo día, una hora después. Le contó el mismo cuento de los miles de soles, con el mismo tono. Ninguna de ellas cayó en el cuento. Esta vez él perdió. Mañana no sabemos. Y usted, lector, atento la próxima vez que suene el teléfono.

TODO ES UNA FALACIA

Un internauta que fue víctima de la banda trató de investigar a los timadores y encontró que:

1. Las compensaciones no caducan ni regresan al Estado.

2. Nunca llaman para avisar de pagos. Eso se realiza directamente en la oficina donde uno cobra.

Esta persona me urgía a comunicarnos con el Dr. Carlos Castrillón, encargado de los Pagos, a los teléfonos: 781-5469 y al 780-3901.

3. Llamé para investigar a este número y me contestó una mujer que confirmaba su historia y había un sonido de fondo, como si se tratara de una oficina bulliciosa.

4. Llamé a la Presidencia del Consejo de Ministros: La citada “oficina de pagos y compensaciones” no existe y no conocen ni esos números telefónicos ni a esas personas.

Averigüé por esos teléfonos telefónicos y no correspondían a esa Oficina. 

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