Plazas sucias e inseguras
Fiorella Chávez Chipana
Diario El Tiempo – Piura.
Los parques y plazas son lugares de descanso en medio de una ciudad agitada. Representan un espacio de recreación para los niños y puntos de encuentro de sana diversión para los adultos. Tal vez, el mejor sitio para presentar expresiones de arte o leer un buen libro. Para el turista, una forma de contemplar la cultura y la forma de vida de las personas. Sin embargo, las bancas y veredas rotas, los monumentos en mal estado, la falta de limpieza, la presencia de ambulantes, y la inseguridad, tienen descontentos e incómodos a sus visitantes.
El intenso sol que cubre la ciudad, cerca al mediodía, hace que los transeúntes busquen espacios de descanso donde puedan tomar un poco de aire y reposar. La plazuela Ignacio Merino, frente a la Iglesia María Auxiliadora, es muy concurrida pese a las incomodidades que sufren sus usuarios. Las bancas rotas e incompletas, el piso viejo, sucio y en mal estado y la falta de espacios con sombra, representan un problema por resolver. “Pasa el mediodía y no recogen la basura de los tachos, eso apesta. Tampoco hay vigilancia municipal, en la noche toman trago”, afirmó Jorge Reyes, usuario de la plazuela. Otro problema, son los jardines en mal estado, que a pesar de que la Municipalidad los riega, no denotan cuidado. “Faltan jardines y espacios con sombra”, comentó Marilú Córdova.
En la plaza Hermanos Meléndez, frente a la Iglesia San Sebastián, encontramos a Rosa Fernández, una vendedora de artículos religiosos, quien manifestó que le gustaría que haya más vigilancia, pues es una zona insegura durante el día y la noche por la presencia de rateros. “Hace poco un vago me robó tres biblias y no había ni un policía ni un sereno”, afirmó.
Frente a la Corte Superior de Justicia de Piura, se encuentra la plazuela Tres Culturas. Aunque el personal de limpieza de la Municipalidad de Piura está presente, es evidente la suciedad, debido al excremento de aves impregnado en sus pisos y bancas. “Tengo que traer mi trapito o papel higiénico para limpiar la banca antes de sentarme”, dijo Esther Castillo, visitante frecuente de la plaza. Así también, hay presencia de vendedores ambulantes quienes dejan sucia la parte donde se instalan para vender sus productos.
El monumento a Francisco Pizarro, que se encuentra en medio de la plazuela, está sucio, deteriorado y las losetas de su base están rotas. Las veredas deterioradas con los bodes rotos se perciben con gran facilidad. Otro problema es la seguridad. “A las 10:00 p.m. los drogadictos pasan por esta zona. Como el río está cerca, en cualquier momento te roban y los delincuentes corren hacia allá y nadie te auxilia, porque no hay policía”, indicó Rodolfo Gamboa.
En la plazuela Ignacio Escudero, más conocida como plazuela Cruz del Norte, los vecinos manifiestan su incomodidad ante la falta de vigilancia. “Hace poco han renovado las bancas y se están robando las tablas. Aquí, hay mucha delincuencia. La iluminación es escasa, nos falta alumbrado y no hay vigilancia”, reclamó Hildebrando Castro, vecino de la plazuela. La presencia de personas que utilizan los espacios públicos para ingerir alcohol es frecuente. “Traen licor, toman y los borrachos amanecen dormidos en las bancas. Llamamos al Serenazgo y solo a veces nos hacen caso, pero se tardan en llegar”, señaló Dionisia Torres, vecina de la plaza.
También en la plazuela Augusto Salaverry, frente al Teatro Municipal de Piura, se puede encontrar personas que ingieren bebidas alcohólicas a cualquier hora del día. “Aquí, vienen a tomar en el día y en la noche. No hay control”, expresó un vecino.
La Plaza de Armas es la más concurrida. El lugar donde los jubilados, niños y jóvenes acuden para pasar la tarde, es por esto que abundan los vendedores ambulantes y los lustrabotas. “En algunos casos nos obligan a comprar, insisten mucho, incluso vienen agresivos”, exclamaron Karen, Keyla y Merly, un grupo de amigas que reposaba en una banca. “La seguridad en la plaza debería estar mejor distribuida y falta más orden”, pidió Wilfredo Salazar.
Al caminar por la plaza se puede observar, que algunas de las bancas tienen las maderas de los asientos rotas. También, los bordes de las veredas se han desgastado y algunas losetas del piso de la plaza están rotas. “Se necesita más espacios con sombra y mayor mantenimiento de los pisos”, recalcó Francisca Michilot, usuaria de la plaza.
Visítanos en www.eltiempo.pe