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Cambio climático en Piura… una amenaza y una oportunidad

Publicado: 2012-04-21

Lucas Jiménez

Diario EL TIEMPO – Piura. 

Es medio día. Quema el sol en las cabezas cuando Juan sale del taller sobre agroecología a decirme que el cambio climático está llevando los zancudos a alturas donde antes no llegaban. Eran propios de zonas bajas, ahora viven a 2 mil metros s.n.m., dice. Uno va a Frías y encuentra zancudos, oiga. Para este agricultor de cacao, el cambio climático son las lluvias torrenciales de febrero y marzo que destruyeron cultivos, dañaron caminos, alocaron ríos, quebradas, todo para que después venga la escasez de agua. Para que millones de litros se pierdan en el desierto y en las alturas no siembren por falta de agua, teniendo tanta tierra.

Pero el cambio no solo es malo. Juan de la Cruz Rivera Olemar recuerda que hasta hace 15 años, por lo menos en su pueblo de Palo Blanco, solo podían producir cacao entre noviembre (siembra) y agosto (cosecha). Ahora sus plantas dan fruto casi todo el año. ¿Bienvenido el cambio?.

Uno llega al Cuarto Foro Regional Seguridad Alimentaria Nutricional y cambio Climático, realizado en el auditorio Cipca, creyendo que el cambio sucede muy lejos, en la atmósfera con más gases de efecto invernadero que antes, en las flatulencias de millones de vacas argentinas o en los cementerios de computadoras gringas y que haciendo mis compras en bolsas biodegradables de la moda ecológica, cuidaré el planeta. Pero Luis Gómez Abramonte, coordinador norte de Heifer Internacional, acaba de decirme que los efectos del cambio están mucho más cerca de lo que se piensa. 

-Ni el sentido común te dice lo que va a pasar mañana. Aquí en Piura.

Y se explica, que si antes uno podía buscar en el Bristol o asomarse a mirar el sol para saber si va a llover, ahora ya no es posible, “se han perdido los indicadores que antes nos decían qué va a pasar mañana”. Siembras arroz en la época de siempre y de repente vienen lluvias en tiempo de cosecha cuando ya no necesitas agua y te manchan los granos. Ese va a ser el comportamiento climático, dice. Acostumbrémonos. Según Luis, el impacto del cambio es tan fuerte que está afectando la agricultura de muchos países que nos venden alimentos. ¿Qué pasará cuando ya no puedan producir? Primero dejarán de abastecernos de los productos convencionales de los que nos vuelven cada vez más dependientes. Segundo, van a necesitar de los países productores por su gran biodiversidad, por sus diferentes pisos ecológicos como el nuestro. Entonces, el cambio no es solo cambio. Es oportunidad. Es adaptarnos, se oye en el auditorio Cipca.  No queda más que la agricultura ecológica, explica Luis. Y por eso el mensaje de este taller: produce y consume alimentos sanos nutritivos en lugar de los convencionales, usa abonos naturales en vez de agroquímicos.

Amenaza

Basta sentarse a almorzar para saber que ni siquiera el pollo que uno se lleva a la boca cada día es un producto nuestro. Los pollos y huevos vienen de Lima o Trujillo, claro, pero el maíz que comen no es peruano. Igual que el trigo de los fideos o del pan, que viene de afuera subvencionado. Los agricultores locales ya no siembran trigo. Porque si lo hacen tendrían que venderlo más caro que el importado de Canadá, Estados Unidos, Argentina, Europa. Pasa el tiempo y los piuranos nos volvemos dependientes de lo que viene de afuera. La mesa tiene pastas, panes, pasteles, pollo (gordo con maíz importado).  ¿Y donde están los alimentos de nuestra biodiversidad? Se pregunta el especialista en seguridad alimentaria, Benjamín Armas, para quien la mejor arma contra el cambio es revalorar lo nuestro.  Dejar de cultivar un producto, para sembrar muchos sanos y nutritivos. Para autoabastecernos y vender lo que queda. Y no al revés. Pero  si producir trigo implica venderlo a tres soles el kilo, cuando en el mercado el importado cuesta 2; muchos agricultores prefieren esperar los cien soles de Juntos, para comprar el extranjero. Y cuando los países que nos abastecen, por el cambio climático ya no puedan vendernos ¿qué pasará? ¿Nos quedaremos sin comida?. ¿Los campos seguirán quedándose “pelados” porque para los campesinos la agricultura ya no es rentable y prefieren ir a superpoblar las ciudades?

Oportunidad

Según el estudio Rutgers University, las verduras producidas convencionalmente (con agroquímicos), tiene 87% menos minerales que las producidas ecológicamente. Es decir el consumidor de las primeras solo se alimenta con el 13% de minerales y otros elementos. Sin embargo, cada vez más los peruanos dependemos de estos productos. ¿Será posible romper con los convencionales para consumir los orgánicos?

Faustino no solo lo asegura. Muestra que es posible, pasando el dedo por las fotos de papayas, limones, caiguas, plátanos, zanahorias, rábanos producidos a pocos kilómetros de aquí, con estiércol de oveja, chivos, gallinas, impresos en el tríptico distribuido en el taller. Faustino Morales Litano, es uno de los mil 200 productores del Bajo Piura que, ayudados por el Centro de Investigación y Manejo Agroecológico, actualmente están pasando de la agricultura convencional a la ecológica.

En su tierra del predio San Luis, en La Arena, Faustino deja madurar tres litros de orines de su familia por cuatro días, le agrega ¼ de ajo molido, ají picado, creso, achicoria y hojas amargas picadas; y es suficiente para librar a sus cultivos del ataque de la mosca y otros insectos. Para el tiempo de  floración rocía sus plantas con una mezcla de algarrobina, huevos, chicha de jora, ceniza, agua de pipa y chancaca. El resultado frutos para fotos de afiche de agroecología. Pero hay algo más que cocos tamarindos manzanas ecológicas, que Faustino ha obtenido con técnicas ancestrales. Fue cuando, después de su  tercera hija mujer, quería el varoncito. Un día se acordó del consejo de su abuelo: acostarse con la esposa en el día del cuarto creciente, en el suelo y en petate, con la cara hacia el Este y los pies hacia el Oeste.

Tan efectivo fue el método que tuvo no solo uno, dos hijos varones consecutivos. Cada vez que revela su secreto, a los pocos meses lo llaman para agradecerle, asegura. Y por si acaso a todos sus hijos, las tres del método convencional y a los dos del ancestral, los recibió en sus brazos, sin partera ni doctor. También hay método para cuando no te nace pronto la mujercita, sonríe.

PEQUEÑA AGRICULTURA PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

* La pequeña agricultura es el motor de la generación de alimentos,  promueve la autogestión y asegura la alimentación a la familia. Su desarrollo sostenible depende de elementos básicos: tierra, agua, semilla, conocimiento, energía solar que nos da alimentación sostenible y llevándonos a la soberanía alimentaria. Una alternativa para tener acceso a alimentos sanos son los mercados campesinos generados a partir de ferias locales, es decir el encuentro entre productores y consumidores.

* Actualmente las autoridades regionales muestran iniciativa para abordar el problema de la inseguridad alimentaria. Existe un proyecto de ordenanza y están ejecutando programas que afrontan el problema, como el de la primera infancia.

* Es importante que iniciemos un proceso de acción concreto hacia la seguridad alimentaria y nutricional pero con una mirada de soberanía alimentaria y ello implica el apoyo a la pequeña agricultura familiar.

Fuente: Parte de las conclusiones del IV Foro Regional Seguridad

Alimentaria Nutricional y Cambio Climático. 

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