Diario EL TIEMPO – Piura. 

Cuarenta pequeñas  productoras  agroecológicas rurales de Piura, Lambayeque, La  Libertad, y Cajamarca, se encuentran reunidas en las instalaciones de  Conafoviser para  reflexionar sobre los problemas que el cambio climático les está  afectando en su trabajo diario, sus vidas  familiares, la alimentación, salud  y vivienda.

Al término de los dos días, elaborarán un acuerdo que será expuesto mañana viernes ante las autoridades regionales para que tomen en cuenta sus problemas y las alternativas que proponen para solucionarlos, buscando el compromiso de las autoridades.

Gaby Bran Carmen, de Chapica (Chulucanas), refiere que además de hacer sus labores diarios de la casa, como cocinar, lavar, planchar y atender a los hijos, ellas van al campo a sembrar arroz para ayudarse económicamente, pero se sienten impotentes ante las dificultades y la falta de apoyo económico por parte de los entes gubernamentales. Por eso, sus esposos buscan otros trabajos, aunque muchas veces lo que les ofrecen tampoco es mucho.

Y como si esto fuera poco, ahora se está dando cuenta que el cambio climático está dificultando aún más el trabajo en el campo, porque la fuerza del sol está recalentando la tierra y siente que la tierra está más pobre en nutrientes; por eso destaca el apoyo que están recibiendo de Flora Tristán y la Universidad Nacional de Piura en la elaboración de abonos orgánicos.

Señaló que ellos están sintiendo en carne propia estos cambios y hasta el momento no tienen ayuda del Ministerio de Agricultura, Gobierno Central ni Regional, “es como si a la agricultura no le dieran importancia”, expresó.

A esta revelación se suma la experiencia de Macina López Córdova de Frías (Ayabaca), quien refiere que en su localidad parece haberse invertido las cosas como producto del cambio climático. Señala que en estos momentos en la parte alta de la Meseta Andina, se ha presentado una sequía que no ha dejado desarrollar los cultivos, y en cambio en la zona baja se están presentando neblinas y lluvias que prácticamente ya malograron los cultivos existentes de maíz. “Es decir que en estos momentos tenemos un clima como si estuviéramos en el mes de enero, cuando ya debería de haber más sol”, expresó.

Toda esta situación señala que tampoco ha dejado limpiar la carretera ni sacar los productos que han podido salvar para comercializarlos, además de estar originando enfermedades respiratorias en niños y adultos.

Acuerdo

Elena Villanueva, responsable del proyecto Justicia, climática y mujer rural, que el Comité de la Mujer Flora Tristán desarrolla en Piura y Cusco, señaló que las conclusiones a las que lleguen en este encuentro serán comentadas ante las autoridades regionales, con el fin de solicitar un presupuesto porque la mayoría de ellas son pequeñas productoras rurales que están sintiendo las consecuencias del cambio climático, sobre todo porque están viendo reaparecer nuevas enfermedades o males que ya se creían combatidos como el dengue. 

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