Diario El Tiempo- Piura

TALARA.- Más de un centenar de vándalos, procedentes de las zonas periféricas del distrito de  El Alto, quemaron vehículos e incendiaron llantas,  para exigir a los representantes de la Presidencia del Consejo de Ministros, que convoquen a una mesa de diálogo con la empresa Petrobras, para finiquitar el compromiso de la contratación del 70% de la mano de obra.

Los desadaptados que, en su mayoría se encontraban con el rostro cubierto con pasamontañas, se amotinaron en el distrito desde el domingo a las 11:00 p.m.,  hasta la madrugada de ayer. Durante su protesta, los revoltosos arremetieron contra las instalaciones de la empresa Petrobras, destrozaron y quemaron una cabina de control de seguridad, y rompieron las cámaras de seguridad.

Además, atentaron contra la empresa de seguridad J&B Resguardos SAC, donde rompieron  los vidrios de puertas y ventanas.

Luego, quemaron una camioneta de la empresa Skankas que presta servicios a Petrobras. Además, incendiaron una cisterna que transporta agua, color blanco, de placa XQ 9572 de propiedad de la Municipalidad, la cual se encontraba en mantenimiento. Dos vehículos de la Municipalidad tuvieron que ser llevados a las instalaciones de la base del Serenazgo, para evitar que sean incendiados.

También, destrozaron un cajero automático de una entidad bancaria.

En horas de la madrugada,  los manifestantes bloquearon la carretera Panamericana Norte y el ingreso al distrito con la quema de llantas y la colocación de palos y piedras, para impedir la circulación de los vehículos. Después acudieron al mercado, con la intención de saquear las tiendas, pero no pudieron porque se encontraban cerradas.

Los quejosos solicitan a la PCM que convoque a una mesa de diálogo con la empresa Petrobras y las treinta y nueve subcontratistas, para cumplir con la contratación del 70% de la mano de obra del distrito.  Dijeron sentirse burlados por la empresa, porque las cifras que revelan de contratados del distrito no se refleja en la realidad, debido a que son personas contratadas, pero que no laboran desde hace tiempo.

Batalla campal

Más tarde, un contingente policial conformado por más de cien efectivos de Piura, Sullana y los distritos de Talara, llegó al lugar de los disturbios  y se enfrentó a los revoltosos, iniciándose una batalla campal.

Los custodios del orden tuvieron que arrojar bombas lacrimógenas y realizar disparos al aire para dispersar  a los revoltosos que habían tomado literalmente la ciudad. Los individuos arrojaban piedras y palos para impedir que sean desalojados.

Por la mañana, efectivos policiales tomaron el control del distrito. Luego iniciaron una operación y detuvieron a diez individuos, de los cuales siete fueron liberados y los otros tres se quedaron detenidos, porque contaban con requisitoria.

La Policía continúa con el patrullaje de la calle y avenidas, para evitar nuevos desmanes contra la propiedad pública y privada.

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