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Contratista y Alcalde de Talara se encuentran en Fiscalía

Publicado: 2013-05-09

DIARIO EL TIEMPO – Piura.

El contratista Pedro Ramos Herrera, y el  alcalde de Talara, Rogelio Trelles Saavedra, volvieron a encontrarse cara a cara, pero esta vez en la  Segunda Fiscalía Penal Corporativa para rendir su declaración a fin de  continuar con las  investigaciones seguidas contra el burgomaestre por el presunto delito de concusión, cohecho pasivo propio y corrupción.

El contratista  Pedro Ramos Herrera, de unos 34 años, junto con tres guardaespaldas llegó a Fiscalía a las 8:00 a.m.  A las 10:00 a.m. lo hizo el alcalde, Rogelio Trelles, resguardado por un grupo de treinta serenos. El burgomaestre dibujaba en el rostro una expresión de preocupación y melancolía.

El Fiscal inició las diligencias con el contratista, -a quien recién lo incluyen en las investigaciones-. La audiencia se realizó a puertas cerradas en el segundo nivel del local judicial. Se conoció que el contratista  en su declaración, dijo que se acoge a la confesión sincera  y colaboración anticipada.  Reafirmó la autenticidad del video y precisó que asumirá la responsabilidad de los delitos que se le atribuyan. Incluso no se opondrá a su detención preliminar, con el fin de colaborar con las investigaciones seguidas contra el Alcalde.

Por su parte, Trelles rindió sus declaraciones en otra sala y dijo no conocer al contratista. El fiscal con esto, recopiló más pruebas y solo faltaría las declaraciones de las dos mujeres implicadas en el video para formular un nuevo planteamiento de denuncia. Mientras se desarrollaba  la audiencia, un grupo minoritario de simpatizantes del Alcalde, en su mayoría trabajadores de limpieza pública y programas sociales, alababa al burgomaestre. Otro reducido grupo del Comité de la Sociedad Civil, lo criticaba tildándolo de “corrupto”.

Después de tres horas de entrevistas, el contratista Pedro Ramos Herrera, acompañado de sus guardaespaldas salió por la parte posterior del local de la Fiscalía. A su salida, dijo que estaba tranquilo y confiaba en la justicia. Luego, a bordo de un automóvil, se fue del lugar con dirección desconocida. Minutos después, el burgomaestre acompañado por serenos, salió con rostro cabizbajo por la misma puerta y subió a un vehículo.

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